Después de dar una vuelta y tomarnos algunas fotos, estuvimos preguntando en los hostales los precios para irnos dando una idea, por si acaso nadie respondía nuestro SOS. También visitamos un local donde se reunen varios Couchsurfers cada miércoles, para agarrarlos In Fraganti. Afortunadamente recibimos una respuesta de Carlos Zevallos -a quien estamos profundamente agradecidos por su hospitalidad durante esos días- diciendo que le llamáramos a las 7:00 pm.
Bueno, entonces qué hacemos mientras? Música, claro!
Justo antes de ir a probar suerte en los muchos restaurantes que rodean la plaza, Branko se quedó platicando con un grupo de mochileros entre los que había colombianos, argentinos, chilenos y un italiano, Tony, quien como todo mundo, cada vez que saco a Omar el Derbake Sirio de su estuche guatemalteco quieren tocar, pero Tony sabe lo que hace, él es musicoterapeuta, baterista y percusionista en Italia, Ahhhh! Que bien nos acoplamos y tocamos un par de temas que parecían haberse ensayado con esa fluidez que tanto me gusta y me anima a tocar sin presiones y por el gusto de compartir. Pensamos que sería buena idea salir a tocar juntos alguna, vez pero él tenía algo que hacer y yo me fui solo a tocar esa vez.
Por la noche fuimos a encontrarnos con Carlos, siempre es una expectativa rara encontrarse con alguien (un CS, por ejemplo) por primera vez, como una cita a ciegas, je, je! Carlos tiene un carácter muy apacible, es un chico tranquilo, no se desvela mucho, pero sabe salir de rumba también, ordenado y trabajador, le encanta su trabajo y le va bien, él y su trabajo se quieren mutuamente. En su casa vivía Elar, un amigo suyo con quie tuvimos también mucha simpatía desde el primer momento, esto del Couchsurfing es muy gartificante. Elar trabaja para Claro, que es una compañía de telecomunicaciones asociada a Telmex (acá dicen que Claro compró Telmex, pero digamos que están asociados) en el area de servicio y soporte técnico. Me recordó mucho los tiempos que yo era "help desk" para empresas multinacionales, mi jaula de oro.
Luego de instalarnos y platicar un poco, decidí salir a tocar, pues se acercaba la hora de la cena. Cusco está muy alto, sesentía el viento frío y yo me llevé los guantes estilo andino que nos regalaron Ale y Luis Uranga, muy Ad Oc para el clima y el lugar. Como ya sabía que Tony andaría por allí y por recomendación de Carlos, uno de los luagres que visité fue el restaurante Icanto, donde trabaja Carlos, para ofrecerles un show de flauta y percusión. El Gerente quiso escucharnos, pero yo iba solo, luego descubrí que sería difícil encnotrar a Tony, pero quedamos que al día siguiente le haría(mos?) una demostración. También la dueña de otro restaurante más modesto dijo que podríamos ir a tocar allá pues me escuchó tocando al mediodía en el restaurante de un hotel. Yeah!
La noche fue buena, regresar a casa y charlar con los chicos fue muy agradable, una mesa de debate que Branko siempre se encarga de promover (en Quito, Diana nuestra anfitriona decía "éste mexicano es el único que ha podido robarme la atención de mis huéspedes") y dormir algo qunque tarde fue muy reparador.
En Cusco hay varios músicos contratados por uno u otro restaurante o bar y en el paseo nocturno puede escuchar una melodía que ya conocía pero que me dejó con muchas ganas de aprendérmela, "Las vírgenes del Sol" del folklore peruano. En esas ando...
Tony me sugirió ir a ver dos o tres lugares donde ya había preguntado si podíamos tocar y que no siempre le dijeron que sí, pero tampoco que no, je, je! Digamos que la noche no fue un éxto rotundo, algunos lugares no tenían gente, otros seguían sin dueño, en fin, hubo pocos ingresos, alguno nos invitó una cerveza y mientras nos conocíamos más allá del plano "profesional" al final íbamos a tocar en un lugar de reaggue (La Garota versión reaggue, padrechivo y Ochichorneiev-Bella ciao-Tetris versión ska) pero se nos adelantó un grupo de tambores africanos que dejaron el ambiente demasiado prendido para llegar nosotros después. En fin, nos tomamos otra cervecita y nos despedimos.
Quedamos de vernos al día siguiente para tocar en la hora del almuerzo, pobre Tony! Como yo, estando acostumbrado a ganar por lo menos 60 soles al día y sin haber hecho ni la mitad esos días anteriores, lo arrastré conmigo a tocar en lugares donde normalmente no tocaría: cervezerías de mala muerte, comidas corridas en lugares pequeñitos y pollerías de broaster casi sin gente, todo con el afán de recuperar lo que no había ganado antes (que además habríamos de dividir entre dos) De verdad no sé cómo no me mandó muy lejos el Tony, porque estuvo rudo. Al final fuimos al mercado municipal y cuando yo quería que tocáramos allí también para las 10 personas que quedaban a esa hora de la tarde él me dijo "no, mejor vamos a comer algo" (allí me cayó el veinte (me di cuenta, digo)) Ok, buena idea! Comimos un ceviche re bueno y nos fuimos cada quien a su casa, nos veríamos en la noche en su hostal para ensayar un poco antes de ir al Incanto.
Cuando llegué a su hostal por la noche estaba con 2 chilenas muy lindas platicando bromeando y preparando una salida a la selva al día sigueinte, serían voluntarios para ayudar al guía y éste les daría mejor precio y algunos beneficios. En la mesa había un guacamole que se veía bueno, Tony, con su amabilidad de buen anfitrión italiano me ofreció y luego salió el vino, y luego un cigarro... Ah! pero sí ensayamos, como teníamos de público a las dos chicas, que aplaudían y comentaban, pues eso nos animó y hasta las invitamos a escucharnos en el Incanto, les pagaríamos una bebida y ellas sería el "público conocedor" nuestras groopies!
Al día siguente me despedí de Tony antes de ir a tocar y que ellos se fueran al jungle-tour. Mis respetos, saludos y un gran abrazo de agradecimiento a este gran ser humano.