Cruzar los Andes, aunque sea en autobús es una experiencia muy grata, sentir cómo uno sube y sube mientras la temperatura baja y baja, estar cara a cara con las cúspides nevadas, imaginar a los aventureros que han cruzado y hecho caminos, pensar cómo le hacían los pueblos originarios, indígenas Huilliches y Mapuches para cruzar, comerciar, vivir entre y con las montañas tan tremendas... lugares sagrados, difíciles y mágicos.
Y ya luego de bajar y bajar del lado chileno (pasamos migración sin mayor contratiempo, como todos en el bus) llegamos al anochecer a Valdivia. Llamada la Perla del Sur por su belleza, no tardamos mucho en darnos cuenta del porqué de esa fama tan bien merecida, pues en los días siguientes pudimos pasear y conocer un poco de ese lindísimo lugar.
Bueno, pero nosotros llegamos de noche, con una neblina espesa que cubría casas y calles, que se mezclaba con el humo que salía de casi todas las casas producto de los calefactores a leña que aún se usan mucho allá. Estaba oscuro, hacía frio y no fue fácil llegar la primera vez a casa de Anita Cofré, nuestra anfitriona de Couchsurfing.
Pero todo cambió al llegar e intercambiar las primeras palabras con ella, en seguida nos dimos cuenta de que Anita es una persona amable, sencilla y que gusta de ver lo humano en cada humano, je, je! Así que con el calorcito de su estufa y con las risas y lo interesados que estábamos mutuamente se nos quitó el frío y pasamos una noche muy agradable. Y con ese acento que tienen l@s chilen@s tan lindo! Además es divertido, es como estar en un capítulo de 31 minutos todo el tiempo, je, je!
Anita ha sido, como nuestros amigos en la Patagonia, más que una couchsurfer. Una amiga que fuimos conociendo y que compartió su vida con nosotros, sus puntos de vista, su círculo de amigos, sus ideales, su proyectos y sueños! Nos recibió con mapas de la ciudad, cena, una copa, cigarrillos y una buena charla en la que de inmediato surgieron coincidencias. Ella había estado en México hacia poco y fue muy refrescante para todos traer recuerdos de allá.
Luego nos recomendó lugares donde yo podía salir a tocar música y que resultaron muy buenas referencias, como el Café El Moro o el Bar La Última Frontera, donde pude tocar varias veces!
Cada día era muy bonito salir a tocar música, desde ir a buscar lugares era ya un paseo hermoso, tan sólo salir de su casa y ya encontraba uno un parque muy cerca donde paseaban caballos libres, sin montura, sin jinete, bien tranquilos disfrutando el día. Eso es empezar bien cada día! Me acordé mucho de la mamá de Branko, Josefina, que gusta mucho de los caballos, ella ha estado en contacto con caballos desde chica y siempre le han gustado.
Valdivia es el lugar donde ocurrió el terremoto más fuerte del que se tenga registro, en mayo de 1960 y gente recuerda, pero no se sienten en peligro. Claro que tienen ahora más previsiones en cuanto a construcción y hacen simulacros también, más vale prevenido! Está ubicada en la Región de los Ríos y se nota en la fertilidad de la tierra y lo verde del paisaje. Mapuches y Huilliches habitaron esta zona hasta que en 1552 fueron fundadas por españoles las bases de la actual ciudad. A partir de 1850 el gobierno chileno promovió la inmigración alemana en la zona y aún hoy se perciben legados en la arquitectura, la fisionomía de la gente (muy mezclada ya) y alguna costumbres locales, como la cerveza Kunstmann.
De camino al centro de Valdivia, uno puede ver varios grafittis que no son meras pintas, sino modestas obras de arte urbano que expresan sueños e intenciones rompiendo con el gris de los muros de la ciudad (bueno, en Valdivia tampoco hay tanto gris, afortunadamente) y ya llegando al centro me gustaba pasar por el mercado de pescadores, que venden una gran variedad de pescados, crustáceos, frutas, hierbas, semillas y artesanías en puestos semi-fijos.
Frente está el mercado municipal, en un edificio hecho para este propósito y con muchas artesanías también, algunos restaurantes y tiendas. Todo ésto a orillas del río Calle Calle (que confluye con el Río Cau-Cau y a unos kilómetros está el Río Bio-Bio, suena chistoso no?) Bueno, pues a este río llegan lobos marinos que por la tarde se reúnen con gaviotas, buitres, pelícanos y otras especies al lado del mercado de pescadores para ver qué desperdicios tiran desde el mercado al río.
Ese paseo por el río es muy bonito, interesante y uno puede encontrarse... hasta un submarino! Muy cerca de la zona de barcos-restaurantes (donde también pude tocar boleros, bossa novas y algún tango) está "estacionado" un submarino donde Branko se tomó una foto para la posteridad, parece agente secreto?
Cruzando el río están las inatalaciones de la Universidad Austral de Chile. Bonitas instalaciones, recibí muchos aplausos en una cafetería allí dentro y paseamos un poco por el Jardín Botánico. En Chile la educación universitaria no es gratuita, ni mucho menos! Como en Estados Unidos, la gente paga grandes cantidades para que sus hijos puedan estudiar en la Universidad. El costo en 2011 de la Matrícula obligatoria en la universidad de Chile para el año 2011 es de USD$215.00.- por semestre, además está el Arancel variable según el número de cursos y horas semanales por semestre (costo aproximado por cada curso de 3 contact hour a week US$450). Pero en carreras de alta demanda puede llegar a fluctuar entre los 3.500 dólares americanos (carreras de la Facultad de Artes) y los US$ 7.200 para Medicina y Odontología.
Hoy día hay un movimiento muy fuerte de los estudiantes que piden cambios en esta política educativa, pues la mayoría quedan con una deuda que tardan cerca de 12 años en pagar, pero si te retrasas puede durar mucho más. Así que muchos chilenos cuidan sus trabajos demasiado, al punto de aceptar condiciones laborales que de otra forma no aceptarían. Estoy contento de que en México haya educación pública gratuita, sólo nos falta aprovecharla mejor a muchos de nosotros. Y esperamos que los estudiantes chilenos, junto con académicos y administrativos logren avanzar mucho en los cambios que proponen.
Acá les dejamos algunas fotos de Valdivia.
La presencia de lobos marinos se debe a que Valdivia está cerca del mar, el río Calle Calle desemboca en el Atlántico y hay algunas villa pequeñas muy pintorescas. Visitamos una de ellas llamada Niebla, que tiene una playita muy agradable,
El río Calle Calle |
La casita donde vive Ana, arquitectura tipo aleman |
Con anita visitamos algunos de sus amigos, no tenemos fotos de todos, pero siempre fue una experiencia agradable. Una ingeniera en alimentos que quiere hacer su propia marca de salsas (y que nos dió a probar, mmhhh!), el matrimonio (En la foto) que hacen esculturas tipo títere con ramas, semillas, hojas de árboles y follajes que en conjunto han llamado "Palitópolis" y con los que pasamos una noche muy divertida!
Cocinamos algo sencillo estilo mexicano para Anita, un arroz a la mexicana con caldito de pollo y sus verduras (cebollita, jitomate, cilantro, chilito y limón... mhhh!) Allá (como en muchos lugares de Sudamérica) se venden tortillas de harina de trigo y con esas completamos el menú.
Valdivia tiene mucho, en historia, en costumbres, en gente y en amabilidad. Muchas gracias!
Aunque parece que estamos más lejos, cada día estamos más cerca de casa.
Desde este Sur tan sorprendente,
R2 y Branko