domingo, 28 de noviembre de 2010

El Reino Tierra

San Gil

Déjenme platicarles de San Gil: bellezas naturales, ciudad colonial y "capital turística de Santander". Fue Nora, la dueña del Café ConVerso en Bucaramanga (muuuy recomendable café cultural "primo" de la Karakola) la que nos recomendó visitar San Gil (donde este cafecito tiene una sucursal) y gracias a eso visitamos uno de los pueblo-ciudad más bonitos de Colombia. Gracias también a CouchSurfing.org encontramos a alguien que podía darnos alojamiento y ubicarnos sobre lugares de interés, Andrés resultó ser un excelente amigo, una persona de confianza, buen conversador, con mucha historia personal y familiar y sin embargo alguien sencillo y tranquilo, responsable y muy buen anfitrión. Desde acá le decimos Muchas Gracias! Esperamos verle a nuestro paso de regreso por Colombia (o en alguna otra parte del planeta, uno nunca sabe). Su casa está a unos 4 kilómetros del pueblo (más o menos) y en un principio pensé: oh, oh, dificultades... pero luego de ver los paisajes que aparecen cada vez que uno camina rumbo a la casa, la vacas pastando, las casitas de campo, las imponentes montañas, escuchar el rumor del agua que corre en un riachuelo cercano, y mirar a los 3 perros (incluyendo un cocker color miel, como Duke!) que vienen a recibirte saltando y jugando, en lugar de dificutades uno piensa en cosas hermosas: tranquilidad, alegría, belleza... felicidad.
Ojalá estuvieran aquí!



San Gil está rodeado de montañas llenas de vegetación, alfombradas de verde! El centro histórico de esta población de calles empinadas y situada a orillas del río Fonce, es muy bello con su fuente que cambia de altura y que me hizo recordar (y buscar la partitura) "El Chorrito" de Cri-Cri. Uno de sus mayores atractivos es el parque El Gallineral, que ocupa una isla del río; nos contaron que el musgo que cuelga de los árboles y el rumor del agua lo hacen un sitio de visita obligada.. pero por cuestiones presupuestales lo veremos en el viaje de regreso, ni modo! Mientras aprendo a nadar bien para viajar por sus rápidos, je, je!

Esta ha sido otra ciudad donde me he sentido bienvenido como músico y ahora tengo mucho más cuidado de no repetir los lugares donde toco, intercalarlos hace que los empleados y dueños de los lugares no se sientan abusados por pasar a diario en el almuerzo y la cena (ya chole! je, je) Visité la universidad y me gustó mucho, su cafetería tiene un jardín muy bonito y parece que que tiene buen nivel académico. La gente es tranquila y hasta los borrachitos son muy decentes!

Como otras veces, el último día salen cosas, gente y actividades que nos exigirían más tiempo. La noche que dejábamos San Gil el bus partía a las 11:45pm , así que fuimos al centro a aprovechar un poco la noche tocando y despedirnos de Nora y de Andrés. En el café ConVerso ella me presentó un flautista local que resultó tener sueños de viajar, interés de conocer y platicar y mucha simpatía: LeandroRuiz, sin haberle escuchado tocar, pero por su ánimo creo que pronto se escuchará de él y mientras espero volverle a encnotrar en esta ruta en nuestro bello continente. Con Andrés nos tomamos unas cervezas de despedida en el parque y quedamos relajaditos para el viaje por las montañas.

Bogotá
Si estar en Bucaramanga fue como llegar a OmaShu y San Gil fue como estar en un bosque encantado, Bogotá ha sido como BaSingTsé (véase El Ávatar libro 2, Tierra) pues aún siendo una gran Urbe, se ocupan de tener grandes parques bien cuidados, vías amplias para los ciclistas y para la gente en sillas de ruedas (producto, en gran parte por los años de guerra interna), las calles están llenas de maestros tierra que hacen trabajos en excavaciones profundas para la construcción del Metro (que hasta ahora no existía en Bogotá por su suelo difícil) ... y la música!.. es muy percutiva, tambor que es Tierra y que llama, que vibra por el piso, la piedra, la roca y que atrae, que hace mover pies, caderas y hombros al compás de ritmos con gran influencia africana, acompañado de guitarra, cuatro, tiple, maracas y acordeón.
El folcklor colombiano -como el mexicano- es muy rico, tanto en el número, como en la variedad de sus manifestaciones, a tal punto que cada una de las distintas regiones geográficas del país, posee sus características folcklóricas propias. Cumbias, Joropos, Vallenatos y muchos otros ritmos se escuchan en las calles a gran volumen por todo el país. A bailar!

Llegamos a Bogotá temprano por la mañana y tomamos un taxi a casa de Luz Asúnsolo (hermana de nuestra amiga Claudia) que vive con su esposo Héctor y su hija Ariadna. Todos son muy buenas personas, apacibles y afectuosos, se quieren y se procuran atenciones entre ellos, un ejemplo muy bonito de vida familiar. Nos han recomendado varios lugares para visitar, nos ha acompañado a paseos por los parques (de los Novios, Bolívar, Jardín botánico y otros sitios más) así como lugares para salir a tocar música, pero sobre todo, nos recibieron con una deliciosa comida mexicana que ya extrañábamos: Tacos (sí, Tacos!) de cochinita! frijoles refritos! Suadero! Guacamole! y Salsa taquera! Mmmhhhh! Gracias, Luz, que bárbara!

Como Bogotá es una graaan ciudad, hay varias zonas con restaurantes donde poder llevar y compartir música, que en general es bien recibida, incuyendo las melodías europeas y orientales. Los barrios cerca del las Calles 93 y 85, el barrio de La Candelaria, Usaquén y acá enfrentito, en los edificios Pablo VI hay un grupo de restaurancitos, pizzerías y panaderías (otra vez mmmhhh!) a donde he podido ir a tocar sin mojarme demasiado en estos días de lluvia.

El 5 de Diciembre llega mi hermano Héctor a Bogotá, esoty muy contento y ya quiero darle un abrazo y de alguna forma abrazar así a toda mi familia, a mi México!

Saludos con nostalgia en la lluvia,
R2

1 comentario:

  1. Como dije en el FB, no cabe duda de que la luz llama a la luz, de otra manera no se explica uno la seria de afortunadas circunstancias que los rodean y que permiten que la aventura continue sin mayores contratiempos. Seguimos al pendiente.
    Abrazos para ambos.

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