Perú, Tahuantinsuyo

Escribo estas líneas mientras Branko me mantiene al día sobre los levantamientos en Egipto, Yemen y Túnez. Hablar sobre un imperio desaparecido, casi extinto, mientras vemos cómo otro parece caer (no hablo sólo de los árabes en el poder, sino de todo el imperialismo occidental) trae una sensación extraña y a la vez interesante.

Visitamos las Huacas (las zonas arqueológicas, lo que nosotros llamaríamos "ruinas" pero que en Perú no se consideran tales, Eh? pa' que aprendamos!)  que están muy cerca de Trujillo.  Culturas previas a los Incas hubo varias, extensas en tiempo y en el territorio, ocuparon la costa y se adaptaron a las condiciones tan difíciles de esa región.  Incluso desarrollaron mucho la cerámica y su "obra" gráfica denuestra un pensamiento y culturas complejos.


Trujillo nos sorprendió con lo que no conocíamos del Perú antiguo y con lo que ni idea teníamos del Perú contemporáneo. La vida, las costumbres (como la de vestir algo amarillo para recibir el Año Nuevo y ahí me tienen visitando tiendas y tiendas, je, je!)  y los puntos de vista que tienen sobre ellos mismos, latinoamérica y México visto desde su mirada. Lorenzo, el hermano de Abraham, es antropólogo y nos comentó un poco sobre sus perspectivas en vista de las próximas elecciones. Su mamá nos preguntaba mucho sobre México y nos daba también su punto de vista. El cuñado, la hermana, todos pudieron comentarnos un poco de sus vidas, sus historias.


Con el alma cargada de novedades y sorpresas, de afecto por esta gente amable, partimos ya iniciado el nuevo Año hacia Lima. El camino estuvo lleno de contrastes, sobre todo por el paisaje, que pasó de las imensas dunas que crecían desde el borde con el mar, como gigantescas playas interminables y altísimas, que poco a poco fueron dando paso a una vegetación más bien tímida y una altura cada vezx mayor. Así fuimos llegando a Lima.